INFORME Nº 01/20

NOTICIAS DE LA ASOCIACIÓN

Reglas básicas para el mantenimiento de muesos y bibliotecas, también durante la pandemia COVID-19, Lic M Sc Miguel Ritacco (Investigador Consulto CNEA) Protección de Recursos Culturales

La sustentación del buen estado de museos y bibliotecas es una de las prioridades permanentes de nuestra actividad, por lo tanto, durante estos días que corren debido la emergencia sanitaria es necesario reorientar los esfuerzos hacia el desarrollo de acciones positivas que se podrán reflejar cuando se reanuden las actividades dentro del marco de una “nueva normalidad”.

Al respecto, durante estos tiempos tan atípicos, se propone implementar una serie de sencillas acciones para corregir o sostener las rutinas, con el propósito de evitar alteraciones indeseables en los edificios y su valioso contenido. En otros puntos de este documento, se recuerdan procederes rutinarios.

Introducción

El edificio es la primera envoltura que protege y aísla a los recursos culturales de los factores de riesgo ambientales y biológicos. Como el inmueble está relacionado con su entorno inmediato (jardines) y mediato (construcciones, calles), ese ambiente contiguo influye en las condiciones exteriores e interiores del mismo, por lo tanto, el hecho de conocer la ubicación del museo o biblioteca nos permite prever situaciones tales como la incidencia de la humedad, de la temperatura, vibraciones, plagas, etc.

En síntesis: una colección se mantendrá protegida toda vez que el edificio esté bien conservado. Por lo tanto, se deben identificar tempranamente los problemas que pueda tener y proceder en consecuencia.

Deterioros frecuentes

Reacomodo del suelo (por sismos o hundimientos).

Exceso de agua en el subsuelo (altera el microclima y la estabilidad edilicia).

Acumulación de agua de lluvia en azoteas y techos por obstaculización de canaletas de desagüe debido al amontonamiento de restos vegetales, tierra, etc. lo que puede provocar aumento de la humedad interna por filtraciones, esto es impermeabilización defectuosa del techo.

Aumento de la humedad por fugas de agua (caños picados, desagües defectuosos, flotador del depósito de agua que funciona mal).

Intervenciones inadecuadas en el edificio (malas reparaciones, materiales erróneamente elegidos, incorrecta ejecución de los trabajos, mantenimiento inapropiado).

No reposición de vidrios rotos ni reparación rápida de puertas o ventanas, etc.

Incorrecta manutención de áreas verdes lo que puede derivar en acumulación de basura y malezas, aparición de roedores que pueden ingresar al edificio, etc.

Presencia de plantas trepadoras en los muros exteriores.

Falta de inspección de las instalaciones eléctricas, lo que puede generar cortocircuitos e incendios.

La no reposición de revoques exteriores facilita ingreso de humedad.

Espacios interiores y su ambiente

Humedad y temperatura (una pareja inseparable); evitar los cambios bruscos.

Los recursos culturales orgánicos tienen humedad interna propia. La humedad ambiental ingresa por los poros de una pieza con baja humedad; la humedad interna sale de la pieza si el lugar está más seco.

La temperatura es inversamente proporcional a la humedad: a mayor temperatura, menos humedad. Cuidado con las dilataciones/contracciones de las piezas.

La luz daña al acervo, principalmente el orgánico (papel, textiles), produce calor que seca al objeto y lo debilita por lo tanto se fragiliza, quiebra, rigidiza, amarillea y modifica la intensidad de los colores.

La contaminación es la combinación de partículas sólidas, líquidas y gaseosas suspendidas en el aire: cerca del mar, corpúsculos salinos; cerca de una construcción, llanura o montañas, de polvo; las chimeneas, el tránsito vehicular, tintorerías, fábricas, etc. liberan tóxicos gaseosos. Estas partículas abrasionan la superficie de la pieza y además capturan humedad, por lo tanto, se favorece el desarrollo de microorganismos.

Los acondicionadores de aire deberán permanecer en funcionamiento constante, es decir durante las 24 horas del día; considerar cortes de energía eléctrica y otras interrupciones accidentales o programadas. Limpieza diaria de los filtros (p.e., antes de abrir el museo)

Cuando no sea posible contar con acondicionadores de aire, renovar el aire de la sala, vitrina y depósito 2 ó 3 veces/día y todos los días. Cuando la situación lo permita, usar ventiladores de pié orientados hacia el exterior de la sala.

Controles

Humedad y temperatura: en lugares con bajo porcentaje de humedad, emplazar equipos humidificadores o recipientes con agua; en lugares húmedos, un deshumidificador o gel de sílice (silicagel) que tiene como indicador la sal de cobre que toma una tonalidad rosada cuando se humedece. Luego se seca en estufa y se puede utilizar en otras ocasiones. También se puede adoptar aserrín o cal (óxido de calcio). Para regular la temperatura, lo ideal es disponer de un split (mínimo) por sala.

Separar los objetos a más de 20 cm de la pared. Cuando aparecen manchas de humedad, extremar estas medidas, pero si no es posible hacerlo de inmediato, colocar entre la pared y la pieza una placa de corcho o poliestireno expandido (telgopor) como solución provisoria. Cuando hay problemas de humedad y temperatura por la presencia de contingentes numerosos de visitantes, reducir el número de personas y reprogramar la frecuencia de las visitas.

Iluminación: evitar los rayos solares sobre las piezas. Colocar cortinas, persianas, cerrar puertas y ventanas. También bajar la exposición de los objetos a la luz artificial (salvo iluminación por LET). No se recomiendan lámparas de tungsteno porque producen calor, consumen mucha energía y duran poco tiempo. Siempre colocar luces a la mayor distancia posible del objeto para evitar el calor sobre su superficie.

Textiles: cambiar la posición con frecuencia.

Libros: alternar periódicamente la hoja de exhibición. Colocar en ventanas láminas ultratransparentes de benzofenona que absorbe y disipa la radiación ultravioleta que proviene del exterior. Los rayos ultravioleta se absorben al pintar las paredes con blanco de titanio.

Salas: prender las luces cuando la iluminación natural no es suficiente.

Depósitos: activar las luces el tiempo necesario sólo para investigación, mantenimiento o traslado de piezas.

La fibra óptica (hilo fino de vidrio o plástico transparente por el que se propaga la luz) no emite radiación ultravioleta (UV) ni infrarroja (IR), pero es muy costosa.

Para iluminar el exterior del museo: las lámparas halógenas tienen un filamento de tungsteno y gas halógeno que aumenta el rendimiento, duran más de 4 mil horas e iluminan bien.  En este caso el vidrio se reemplazó por cuarzo que soporta mejor el calor.

Deterioro por agentes biológicos

Producen:

  • debilitamiento de estructura por galerías o túneles que elaboran las larvas;
  • manchas  por desarrollo de colonias de bacterias u hongos;
  • manchas por deposiciones fecales y orines;
  • pérdida de la capa pictórica por acción de roedores;
  • etc.

Para limitar la aparición de estos problemas, revisar la pieza antes de su ingreso al museo y cuarentenarla.

Concebir un programa de mantenimiento de las instalaciones del museo que contemple:

  • ubicación de los contenedores de basura con tapa lejos de las colecciones;
  • la recolección diaria de residuos;
  • mantener el jardín limpio y cuidado;
  • limpieza y desinfección frecuente de sanitarios;
  • no comer dentro del museo;
  • prohibir a los visitantes el ingreso de bebidas y comidas;
  • recorrer las salas para buscar agentes dañinos o sus restos y entregar a personal especializado;
  • inspeccionar los objetos: localizar los dañados y separarlos;
  • colocar mosquiteros en puertas y ventanas;
  • emplazar trampas con pegamento, cebo tóxico u otras en lugares estratégicos;
  • colocar una bolsa de nylon negra debajo de los objetos de madera para observar aserrín. Si
  • hay restos, se debe a la actividad de las larvas de insectos.
  • prevenir filtraciones de aire y humedad.
  • eliminar o sellar grietas en techos y paredes.

Contaminantes

Usar filtros para purificar el aire que ingresa al edificio para su ventilación.

Mantener limpias las salas, depósitos, oficinas y otras dependencias.

Colocar burletes en puertas y ventanas.

Almacenamiento

En el depósito, las piezas se reúnen, guardan y protegen.

Inadecuado almacenamiento  =  deterioro acelerado por:

  • contaminación cruzada ente los mismos objetos
  • accidentes por piezas colocadas en el suelo o encimadas

Los soportes de madera pueden ser causa de deterioro de las piezas que sustentan, porque cuando están infestados, estos insectos migrarán hacia las piezas que están sobre él. También puede haber corrosión de los  objetos metálicos.

Todo el acervo del depósito tiene que estar inventariado.

La ubicación del depósito debe ser segura para los objetos con condiciones ambientales estables (para lo cual hay controlarlas).

No ubicar el depósito en sótanos o terrazas: disponerlo en un lugar con poco acceso de público y fácil entrada o salida de las colecciones.

El depósito debe contar con un área de trabajo con mesa y lámparas para limpieza, investigación, etc., sin retirar las piezas del lugar.

No debe tener pasos de drenajes, baños colindantes ni otra fuente de posible de humedad.

Deben agruparse los objetos según su constitución (orgánica e inorgánica); también tener en cuenta, peso y dimensiones.

Las grandes y robustas piezas, deben ser colocadas sobre bases (no en el suelo) para evitar suciedad, humedad y golpes. Piezas pequeñas disponerlas en anaqueles y en los niveles superiores. O sea: grandes y pesados, abajo y los pequeños y livianos, arriba.

No encimar las obras y en los casos con escaso lugar, poner protección entre ellas o colocarlas en cajas y estibar. Inspeccionar con frecuencia.

Evitar el contacto entre las piezas para evitar rayarlas o quebrarlas.

Las bases del mobiliario deben ser más grandes que el tamaño de las piezas para que no sobresalgan.

Telas de cuadros y documentos gráficos enmarcados, colocarlos en forma vertical.

Documentos gráficos y textiles, colocar en forma horizontal.

Evitar la incidencia de la luz natural y la artificial, debe ser adecuada para trabajar en las piezas; encender las luces sólo cuando sea necesario.

Usar anaqueles metálicos para evitar insectos taladro y otros. Recomendación: anaqueles de acero inoxidable o tratados con pintura horneada; colocar un recubrimiento (papel libre de ácido, tela sin apresto) entre el anaquel y las piezas colocadas sobre él.

Para protección de golpes, usar plástico con burbujas.

Prescindir de estanterías inestables.

Fotografiar el contenido de cada anaquel para evitar el movimiento de piezas cuando se busca información o bien inventariar todo lo que se encuentra sobre el mismo.

El espacio entre anaqueles será generoso.

Contar con: escalera “tijera”, carro con plataforma, mesa de trabajo y 1 archivo para colocar la ficha técnica de cada una de las piezas.

Los objetos guardados en muebles cerrados o cajas deben ser revisados periódicamente y limpiados.

El personal que esté en contacto con la colección deberá usar guardapolvo y guantes blancos de cirugía, zapatos bajos y suela antideslizante, no usar cadenas, anillos ni relojes, para evitar daños en las piezas.

No guardar en el lugar objetos ajenos a la colección.

Mantener todos los espacios libres de obstáculos y entre el primer anaquel y el suelo, dejar un espacio de 20 cm.

Disponer de un montacargas de recorrido lento.

En zonas sísmicas asegurar los objetos e inmovilizar anaqueles.

Limpieza

La limpieza (base de la conservación) es una tarea sistemática y metódica que abarca todo el entorno del edificio, el edificio en sí mismo (techos, paredes, estanterías, vitrinas, depósitos) y su contenido.

Los lugares donde están las colecciones (salas de exhibición y de cuarentena, vitrinas, depósitos) deben permanecer limpios.

Sólo si se sospecha presencia de hongos o bacterias, pueden limpiarse las estanterías con un paño humedecido con agua y alcohol débil. Mas tarde y luego que el estante se haya secado, colocar nuevamente las piezas.

No se requiere equipo costoso o complicado: se pretende cuidado y buena disposición del personal a cargo.

Prevención de desastres: estimar potenciales riesgos y enmendar situaciones riesgosas (internas y externas).

Buscar ayuda de especialistas y disponer de equipos multidisciplinarios, evaluar el edificio y el contexto, identificar peligros potenciales y existentes y reducirlos, determinar prioridades, redactar un borrador y elaborar un plan, formación de personal.

Realizar la limpieza desde la parte superior hacia la inferior o desde las zonas profundas hacia las superficiales.

Reglas para el personal de limpieza

Revisar el objeto antes de limpiarlo para determinar su estado y luego proceder en consecuencia.

Tener las manos limpias y secas; cuando sea necesario, usar guantes.

Colocar el objeto chico sobre una mesa para limpiarlo y nunca hacerlo sobre el anaquel o vitrina.

Equipo

Franela y pinceles de pelo largo y suave: si estos 2 elementos son de color blanco, se podrá ver algún desprendimiento que quede retenido en ellos.

No usar: paños mojados, solventes, escobas ni plumeros. Emplear aspiradora de baja potencia con trampa de agua o microfiltro y colocar un tul en el extremo distal de la manguera para que un eventual desprendimiento no ingrese a la bolsa y se pierda luego.

Cepillo de cerdas largas y suaves para alfombras, cortinas y otros textiles, toda vez que no se cuente con aspiradora.

Siempre aplicar métodos de saneamiento no dañinos; no emplear solventes en las proximidades de los objetos.

No baldear (para evitar encharcamientos)

Nunca usar paños húmedos o mojados: no limpian y además la capa de polvo remanente que quede adherida a la superficie de la pieza, atraerá humedad.

La mesa que se emplee para limpiar los objetos chicos deberá ser grande, segura, firme y con acolchado para que las piezas no se dañen y para amortiguar posibles golpes.

Esculturas: usar pinceles suaves para retirar el polvo acumulado en los pliegues.

Cuando la pieza presenta pigmentos, observar el estado general antes de iniciar la limpieza porque los mismos pueden tener poca adherencia.

Objetos de cerámica, porcelana y vidrio deben limpiarse con pinceles y paño suave blanco y en buen estado.

Cueros y pieles: limpieza frecuente y mantenerlos ventilados.

Manejo y traslado

No mover las obras si no es necesario.

Usar guantes de algodón o de cirugía.

Antes de tomar un objeto, determinar las zonas frágiles y nunca manipularlo desde las partes sobresalientes.

Transportar 1 objeto por vez, empleando ambas manos.

Si la pieza tiene varias partes, es conveniente desarmarla para su transporte seguro y por fragmentos.

En caso de accidente o ruptura del objeto, recoger todas las partes y dar aviso a las autoridades de la institución.

Planear el traslado: saber cómo hacerlo, definir ruta y preparar el lugar asignado para depositar la pieza.

Para objetos de gran volumen, usar carros y revisar previamente la ruta a seguir (pasillos, aberturas, etc.) para evitar averías.

Si el museo es un inmueble histórico, proteger el piso para no dañarlo procurando el buen desplazamiento del carro.

Sujetar los objetos para más seguridad y proteger con cartones o colchonetas.

Objetos grandes, determinar el punto de equilibrio y no arrastrar ni empujar.

El personal que realiza este trabajo debe disponer de zapatos seguros con suela antideslizante, casco y cabello recogido.

Para el manejo de textiles y documentos, colocar un soporte en la parte inferior, no tomarlos por las orillas.

Para el movimiento de objetos metálicos, usar guantes para evitar el paso de la humedad de las manos al metal y por lo tanto prevenir la corrosión.

Para transportar objetos pequeños, hacerlo colocándolos en bandejas o cajones de plástico claro.

Para el manejo de cerámica y cestos de mimbre o de otras fibras: no tomarlos por las asas (pueden estar debilitadas), sino por la parte inferior.

Para el traslado de piezas de cristal: colocar en bandejas acolchadas y colocar protección entre ellos para evitar que se golpeen entre sí.

Para manipular fotografías, negativos, hueso y marfil, usar guantes de algodón. Si no es posible, emplear guantes de cirugía.

Transportar  en forma vertical los objetos que cuelgan de la pared (ej. cuadros), con una mano abajo y la otra en un punto firme; no se colocarán sobre el suelo sino sobre un acolchado.

Pinturas: accionar con cuidado, sosteniéndolo desde abajo y arriba, para no presionar la tela con los dedos.

No jugar con los objetos mientras se los manipulea (no sonar un instrumento musical, no colocarse una prenda, no usar un mueble).

No arrastrar ni levantar en posición invertida el mobiliario tomándolo por las patas.

Retirar los entrepisos de cristal de las vitrinas, antes de su traslado.

No reparar, pintar, etc. los soportes con las piezas sobre ellos: retirarlas antes de proceder.

No reparar las vitrinas con los objetos dentro de ellas.

 


Lic M Sc Miguel Ritacco (Investigador Consulto CNEA)
Protección de Recursos Culturales